Debido a la gran popularidad que ha ido ganando con el paso del tiempo, la sublimación es considerada como una técnica relativamente nueva. No obstante, podemos ver prendas personalizadas con estos mecanismos desde hace tiempo.

Hoy, es mucho más frecuente escuchar hablar acerca de la sublimación como la técnica por excelencia para la personalización de todo tipo de prendas y de objetos. Pese a eso, no es tanto lo que sabemos en realidad acerca de esta técnica. Por eso, a continuación, queremos abordar un poco de la historia de la sublimación, para poder conocer cuáles fueron sus orígenes.

La historia de la sublimación

En la década de 1970, las computadoras todavía estaban dando sus primeros pasos. De hecho, si se buscan fotos de ese momento, podemos encontrar equipos que se diferencian muchísimo de lo que conocemos actualmente en esa categoría. De todas maneras, ya existía cintas recubiertas con partículas de sublimación, que eran alimentadas a través de impresoras matriciales. Estas, eran las que se encargaban de producir las primeras transferencias de tinta monocromática.

En esta época, hay un nombre que se destaca y que es reconocido mundialmente como el “padre” de lo que hoy conocemos como la sublimación de imágenes computarizadas. Se trata de Wes Hoekstra. Fue él quien llevó a cabo el desarrollo del primer sistema de sublimación por computadora, lo que lo llevó a ser conocido como su creador. Tras la invención de la impresora electrostática, tanto las copiadoras a color como las impresoras láser empezaron a hacer uso de cartuchos de tóner para poder transferir tintas de colores.

Se debe tener en cuenta que, en sus comienzos, el sublimado no apareció como una técnica de impresión. Por el contrario, se lo considera como un producto de evolución, que luego de un estudio sobre la sublimación del agua se presenta en modo natural.

Fue descubierto que ese estado de la materia podía también ser provocado. A partir de ello, nació otra idea, en la que se jugó con las tintas, entendiendo que, de la misma manera que el agua, estas se podían convertir a gas en temperaturas elevadas. Fue ese gran descubrimiento lo que dio lugar al inicio del camino del proceso de sublimación que conocemos en la actualidad.

Hoy en día, la sublimación de tinta puede usarse para transferir imágenes o texto en excelente calidad fotográfica, en una gran diversidad de superficies, incluyendo tela, metal, cerámica y otros materiales. No obstante, una de las más populares es la sublimación de telas para la personalización de prendas.

 

Consejos para iniciarse en la sublimación

La personalización de productos diversos y de prendas, sea de manera promocional o personal en la moda, es una tendencia que se mantiene en crecimiento desde hace años. Esto se debe a muchas razones. Entre ellas, se destacan el bajo costo y la poca inversión que es necesaria. Por eso, es una excelente alternativa para comenzar con un nuevo negocio, especialmente en el marco de un mercado que pareciera no encontrar cómo agotarse.

¿De qué se trata la sublimación?

Lo que se conoce como sublimación se trata de la transferencia de una impresión digital de muy alta definición a distintos tipos de objetos y de prendas. Dentro de esta técnica, se destaca especialmente la sublimación textil

El proceso, en líneas generales, se compone del diseño de una pieza gráfica a través de una computadora, con programas específicos para el diseño. En general, se buscan programas de diseño profesional, para poder garantizar los mejores diseños que son los que luego serán trasladados a las prendas o a los objetos que se quieran personalizar. Es muy importante tener en cuenta que cuanto más personalizado sea el diseño, mayor será el valor agregado que acabará teniendo el trabajo, ya que, hoy en día, son cada vez más las personas que buscan que sus objetos y prendas se adecúen a sus personalidades, a sus creatividades, a sus ideas.

Posteriormente, se debe imprimir el diseño realizado en un papel que es apto para la realización de la transferencia de la imagen. En este punto, es muy importante tener en cuenta las diferentes partes que intervienen en este proceso: la impresora, la tinta y el papel que se va a usar.

¿Qué impresora usar?

A la hora de elegir una impresora para usar en e proceso de sublimación textil, se debe tomar en consideración el uso que se le va a dar, en términos de frecuencia y cantidad, para comprender la durabilidad de la misma. Si bien es cierto que se puede imprimir en impresoras de escritorio, es importante considerar que esas no son impresoras que estén preparadas para un uso masivo, por lo que es posible que en un tiempo haya que reemplazarlas.

La calidad de la impresora es la que también nos va a garantizar la calidad final de los trabajos. Esto es importante si se quiere fidelizar con los clientes y lograr que ellos sigan eligiendo el trabajo que hacemos. Mientras mejor sea la calidad de los equipos y de las tintas que se utilicen, mejores acabarán siendo los resultados finales.

En lo que refiere a la tinta a usar, esto depende especialmente del proceso de transferencia que se use. En general, requiere de una tinta específicamente diseñada para determinados tipos de impresiones. Sobre esto es preferible asesorarse con profesionales, teniendo presente previamente el tipo y la cantidad de trabajos que se quieren realizar.

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