Cuando se quiere comenzar a hacer uso de la técnica de sublimación, uno de los problemas que se suelen presentar al principio tiene que ver con la posibilidad de reproducir los colores que se ven en la pantalla a los objetos sublimados, de la manera correcta. Si bien al principio puede parecer una tarea sencilla, puede volverse muy complicada si no se cuenta con las herramientas adecuadas y la experiencia necesaria en gestión del color. A continuación, vamos a ver todo lo relacionado a la gestión del color en la sublimación.

Dificultades de gestionar el color

Aunque es cierto que lo ideal sería que los colores de la pantalla del ordenador que se usa coincidieran completamente con los colores que se obtienen al imprimir el papel, estos no suelen coincidir. Por eso, un grave error puede ser guiarse por completo por lo que se está viendo en la pantalla, ya que no es exactamente lo que se va a obtener después. Esto se debe a:

  • Durante el proceso de sublimación se da un cambio molecular en la tinta, que pasa de estar en un estado sólido a uno gaseoso.
  • Las pantallas usan métodos diferentes a los que usa una impresora para generar color.

La pantalla de la computadora genera colores como combinaciones de luz RGB (rojo, verde y azul). De esa manera se obtienen todos los colores del espectro visible como combinación de esos tres colores. Por eso, se puede decir que la pantalla de una pc solamente permite mostrar un rango de colores que es limitado.

Por el contrario, en el caso de las impresoras, estos equipos generan los colores a partir de CMY, que quiere decir cian, magenta y amarillo. Además, si bien es cierto que el negro se consigue como una combinación de estos colores mencionados, las impresoras usan una tinta negra restante, porque es mucho más económico tener tinta negra aparte que crear negro a partir de los tres colores.

Lo que permite la gestión del color es ajustar esa transformación de color para poder obtener el mejor resultado posible al final sobre el objeto que se va a personalizar. Junto con lo mencionado con anterioridad, es importante mencionar que existen también otros factores que pueden afectar al color. Algunos de estos son: el tipo de artículo a sublimar, el acabado del producto, la presión aplicada en la plancha, la temperatura ambiental, entre otras posibilidades.

La importancia del tipo de tinta

Para poder comprender la gestión del color es también importante hacer un análisis sobre el tipo de tinta que se emplea para el proyecto. Como sabemos, es muy importante acudir a tintas que sean de buena calidad, ya que esto influye directamente en el producto final que se obtiene. Las tintas de marcas reconocidas por su calidad garantizan una gama de colores que, además de ser mucho más amplia, también permite más intensidad en los colores. Y si bien es cierto que en un principio pueden parecer más caras, también es verdad que ofrecen un rendimiento mucho mayor al de otras tintas, por lo que a largo plazo el consumo es menor y la calidad de los productos obtenidos es altamente superior, facilitando el retorno de inversión.

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