En líneas generales, se puede decir que la compra o la fabricación de una funda para un mueble, independientemente de qué mueble se trate, no es más que una buena inversión para su protección a largo plazo. En los casos de muebles usados, la funda les ofrece una nueva vida, cubriendo el desgaste que puedan llegar a tener. En el caso de las sillas, estas alcanzan una vida útil mucho más prolongada cuando tienen una funda que cuando no es así, ya que esta es la que las protege del desgaste o de la pérdida de color, como así también de los daños que se puedan ocasionar en el día a día por el uso cotidiano.
Ya hemos visto las razones por las que es importante contar con una funda para un mueble. Hoy en día, decidirse por esta cobertura es algo que casi todas las personas hacen, debido a que desean que la inversión en muebles sea algo que se pueda hacer una sola vez y que estos se mantengan en excelente estado durante mucho más tiempo. Ahora bien ¿de qué material tiene que ser la funda? la elección del material va a ser uno de los principales condicionantes para la efectividad de la misma. Por eso, a continuación te contamos acerca de las distintas opciones.
Los materiales para las fundas de muebles
Algodón
Claramente, el algodón es una de las primeras alternativas, porque es también uno de los mejores materiales para fundas para muebles, sea que se trate de sillas, de sillones u otros. Esto se debe a que es altamente resistente, ligero, a la vez que es muy sencillo de lavar y mantener limpio, se puede lavar en lavarropas. En general, las fundas para muebles hechas en algodón tienden a ser suaves al tacto, a la vez que ofrecen un agradable estilo para complementar la decoración de la vivienda. Una de sus pocas desventajas tiene que ver con que es una tela que tiende a arrugarse, por lo que es posible que se necesite plancharla antes de colocarla posteriormente al lavado.
Suede
El suede está hecho de gamuza sintética y es ideal para las fundas de muebles como las sillas y los sillones. En general, se hace con mezclas de distintos tipos de poliéster. Estas fundas son altamente resistentes, especialmente al contacto con líquidos y otras manchas posibles. Eso permite una mayor protección para los muebles, especialmente en casas en las que se suelen realizar fiestas, encuentros familiares o donde viven niños.
Twill
Este tejido fabricado en distintos materiales, incluyendo poliéster y algodón, es altamente ligero y con una muy larga durabilidad. Es considerablemente resistente a las manchas, por lo que es apto para fundas. Se emplea especialmente cuando viven niños o mascotas en la vivienda, con la ventaja extra de que es fácilmente lavable a máquina sin que eso represente algún problema.
Stretch
Finalmente, otra de las telas que se tiende a emplear en las fundas para muebles es el stretch. Se trata de un material ideal para fundas elásticas, ya que tiene una mezcla entre poliéster y spandex. Es fácil de limpiar y protege mucho, manteniendo los colores de los muebles en excelente estado durante un tiempo mucho mayor que en otros casos.
¿Cómo hacer fundas para sillas?
Ahora que hemos visto las ventajas de las fundas y que hemos repasado algunos de los materiales y tipos de telas más frecuentes, es momento de pasar a cómo se hacen estas fundas, si se quiere poder armarlas en el propio hogar. Lo primero son los materiales. Para este tipo de trabajo vamos a necesitar:
- tela para fundas (por lo menos dos metros)
- tijera
- metro o medidor
- lápiz negro
Procedimiento
Lo primero que vamos a hacer es marcar un cuadrado de 2×2 metros en la tela y cortarlo. Luego, la vamos a doblar por la mitad y sostenerla frente al respaldo de la silla que se quiere cubrir para poder calcular cómo será el proceso de colocar la funda. Vamos a pasar lentamente la parte interna de la tela por encima del respaldo de la silla. Eso va a provocar que una parte de la tela quede sosteniéndose en el respaldo y la otra empiece mientras tanto a caer.
Habiendo iniciado la colocación de la tela, vamos a sostener los dos laterales de la tela que cuelgan del respaldo y los vamos a juntar justo a la mitad de la parte trasera de la silla en cuestión. Posteriormente, al unir estas dos partes, se deberían atar las puntas de la tela. Lo recomendable es que por lo menos el primer nudo tenga una gran tensión, para que luego sea más sencillo realizar el segundo nudo sin correr el riesgo de que se suelte. Hechos los nudos, se coloca el sobrante de tela hacia adentro para disimularlo. El último paso va a ser dar vuelta la silla para acomodar con cuidado la tela en la parte frontal de la misma, de modo de que el resultado sea prolijo y parejo.
Si bien es cierto que existen también otras formas de hacer fundas para sillas, esta es una de las más sencillas. Además, se puede aplicar tanto para las sillas del hogar que se usan todos los días, como también para la decoración de sillas para eventos especiales. Solamente haría falta añadir algún decorado ¡y listo!